Baterias

Todos los vehículos eléctricos actuales utilizan baterías de iones de litio. Las baterías de iones de litio pueden referirse a una amplia gama de químicas; sin embargo, en última instancia, consisten en una batería basada en reacciones de carga y descarga de un cátodo de óxido metálico litiado y un ánodo de grafito.
Dos de las químicas de iones de litio más comúnmente utilizadas son níquel manganeso cobalto (NMC) y fosfato de hierro y litio (LFP).

  • Níquel manganeso cobalto (NMC): Estas baterías contienen una mayor densidad energética pero también requieren cuidados adicionales, entre las recomendaciones están mantener un nivel de carga entre un 20% y un 80%, de tal manera que no se cargue hasta un 100% a menos de que realmente se requiera.

  • Fosfato de hierro y litio (LFP): Estas baterías tienen una menor densidad energética pero tienen la ventaja que pueden ser cargadas todo el tiempo a un 100% sin afectar la vida útil de la batería.
  • Carga Rapida

    A la hora de utilizar centros de carga rápida es importante tener en mente que la carga de la batería no es lineal, a medida que la batería alcanza su capacidad máxima la velocidad de carga va a ser más lenta por lo cual se recomienda cargar la batería hasta un 80%, también con la idea de liberar los centros de carga lo más rápido posible para que otros usuarios puedan utilizarlos.

    A continuación este es un ejemplo del proceso de carga de un Tesla Model 3 donde se puede apreciar claramente cómo a medida que la batería se llena la velocidad de carga se vuelve más lenta.

    Grafico velocidad de carga